Aunque la gran mayoría de los comentaristas presenta a Nimrod, ya en la descripción de su nombre, como «aquel que indujo al hombre a rebelarse ante Dios», otras voces refieren una historia muy distinta. Muchos sostienen que Nimrod fue el que inició la construcción de la Torre de Babel. En cambio, según el Targum Yerushalmi, 10, 11, Nimrod habría abandonado Babilonia precisamente porque se opuso al proyecto de construirla. Emigró a Asiria y Yahvé, para recompensarlo, le concedió cuatro ciudades. En el Yashar, el Libro del Justo, publicado en Venecia en 1625, se dice que Nimrod buscaba animales para sacrificar en un altar que había erigido para Yahvé. El nexo entre caza y sacrificio, que resurgiría tres siglos después con Karl Meuli, se afirmaba aquí con autoritaria frialdad. Y, confirmando y dando mayor gravedad al asunto, una haggadah declara que Nimrod fue el primero en comer carne.