El cine es una máquina que interpreta el imaginario, lo reproduce de formas múltiples y amplifica su difusión y penetración social, es un gran productor de ficciones y de figuras, de escenas y de estereotipos. El cine desarrolla así, en sus propias formas específicas, los imaginarios existentes producidos por la literatura y el teatro, por los espectáculos populares y por los otros medios, arraigados en la misma historia de la humanidad.