La bordadora de sueños es un libro de cuentos excepcional porque hilvana de manera imperceptible las realidades cotidianas de los protagonistas con el mundo mitológico de los tseltales, los descendientes de los antiguos mayas. Aquellos recién llegados o ajenos a las montañas de Chiapas se adentrarán de inmediato por medio de la literatura en un ámbito que no sigue las convenciones del mundo occidental.
Hábil, con la sensibilidad de una auténtica bordadora de palabras, Lía Villava expone a sus personajes —y a los lectores— ante la cosmovisión de una cultura antiquísima, que ahora más que nunca resulta crucial entender si queremos respetar de nuevo nuestro mundo y a los otros.
Siguiendo la metáfora del bordado, en este libro hay una hebra doble que enlaza la mayoría de las historias: Itzel, una tseltal notable desde las primeras páginas, pero que crece conforme avanza la lectura hasta convertirse en un personaje irresistible, tanto por su entereza como por su capacidad sensible. Ella es, por supuesto, la bordadora de sueños.