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Kurt Vonnegut

Matadero cinco

  • Diana Riverahas quoted4 months ago
    Era absolutamente necesario recurrir a la crueldad porque Billy no hacía nada por salvarse. Billy quería abandonar. Tenía frío, hambre y vergüenza, y era un inútil. Después de esos tres días, apenas sabía si estaba despierto o dormido, y tampoco veía muchas diferencias entre andar o estar quieto.
  • Diana Riverahas quoted4 months ago
    cuando una persona muere solo aparenta morir. Sigue viva en el pasado, así que es una tontería que la gente llore en su funeral. Todos los momentos, pasados, presentes y futuros, han existido siempre y siempre existirán.
  • Diana Riverahas quoted4 months ago
    todo lo que había que saber sobre la vida estaba en Los hermanos Karamázov, de Fiódor Dostoievski.
    —Pero es
  • Diana Riverahas quoted4 months ago
    los muertos, que es: «Es lo que hay»
  • Diana Riverahas quoted5 months ago
    no hay nada inteligente que decir sobre una matanza. Después de una matanza solo queda gente muerta que nada dice ni nada desea: todo queda silencioso para siempre. Solamente los pájaros cantan
  • Iván Arturo Méndez Ocampohas quoted6 months ago
    Y al poco tiempo llegó la Navidad. Billy Pilgrim se acurrucó como una cucharilla con el vagabundo la noche de Navidad, y se quedó dormido, y viajó otra vez en el tiempo a la noche en que lo secuestró un platillo volante de Tralfámador.
  • Iván Arturo Méndez Ocampohas quoted6 months ago
    Cuando llegaba la comida, los seres humanos eran silenciosos, confiados y bellos. Compartían.
  • Iván Arturo Méndez Ocampohas quoted6 months ago
    —He tenido más hambre otras veces —le dijo el vagabundo a Billy—. Y he estado en sitios peores. Esto no está tan mal.

    Un hombre en uno de los vagones del tren que había enfrente gritó por el respiradero que un hombre acababa de morir. Es lo que hay. Había cuatro guardias que lo oyeron. La noticia no les impresionó mucho.
  • Iván Arturo Méndez Ocampohas quoted6 months ago
    La mayoría de los soldados del vagón de Billy eran muy jóvenes: al final de la infancia.
  • Iván Arturo Méndez Ocampohas quoted6 months ago
    Cerró los ojos y volvió a abrirlos. Aún seguía llorando, pero estaba de vuelta en Luxemburgo. Iba marchando con muchos otros prisioneros. Lo que hacía que le llorasen los ojos era el viento invernal.
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