Internet nos aproxima a los demás a gran velocidad. Aumentan los contactos, y aumenta la colisión con quienes no piensan como nosotros: el mundo de la cultura y el mundo social y religioso se citan a diario en los mismos foros, sin intermediarios ni árbitros. Quien quiera hacerse entender debe saber cómo relacionarse a diario con aquellos que sostienen pareceres opuestos. Debe conocer las reglas del juego, y respetarlas. Este libro es una guía para aprender a sostener el propio punto de vista, sin pelearse y sin caer en lo políticamente correcto, logrando debates gratos y enriquecedores.
Nunca aprenderemos a disputar con quien es distinto a nosotros sin realizar el esfuerzo que exige ese aprendizaje. Es algo que no aprendimos en el colegio. Y sin embargo todos, desde que tenemos un smartphone en la mano, nos vemos lanzados a un debate público, complejo y plural, en medio de interlocutores muy diversos. Su lectura nos ayudará a encontrar sosiego y satisfacción en esta dinámica. Es una ruta para aprender a sostener el propio punto de vista ante quien no está de acuerdo, sin peleas.