Sorprendentemente atrapante ,muy bien escrito fácil lectura.
Ana forma parte de "el grupo de ajedrez" que es nada más y nada menos que un grupito de personas que se dedican a localizar y robar, por encargo, importantes y valiosísimas obras de arte y antigüedades. Pero luego de una de sus operaciones terminan con algo que podría resultar mucho más valioso que la pintura robada: un indicio para dar con el famosísimo y desaparecido salón ámbar.
Desde hace años quería leer este libro y debo admitir que me ha decepcionado un poco. No es malo, pero es como que "meh". La historia comienza muy bien e incluso me admiraba el detalle con el que la autora describía herramientas, obras de arte y su historia así que ahí ya se había ganado una estrellita, pero a la vez sentía que ya iba a la mitad del libro y aún no pasaba nada realmente interesante. Cuando por fin empezamos a ver acción es cuando el grupo decide poner manos a la obra y se avientan añen búsqueda del salón ambar. Pues bueno, más vueltas, más paja y de repente la situación se resuelve así como así, de una manera muy conveniente que la verdad me desilusionó un poco; aquí ya vamos como al 80% del libro y si el misterio ya quedó resuelto, el romance (que personalmente no me gustó nada porque me pareció medio desabrido) ya va viento en popa y pues nada más nos falta la acción. Y dadas las circunstancias en las que se encuentran los personajes, es un poco obvio lo que va a suceder a continuación. Dicha carga de acción no dura más de veinte páginas y nuevamente termina siendo resuelto de manera muy fácil y conveniente. Y luego ya, se acaba el libro. Bueno, no tan así pero casi casi. Lo que sí tiene el libro a su favor es que la narración es buena y va a muy buen ritmo así que no se vuelve pesado ni tedioso, aunque sí sentí los últimos dos capítulos muy precipitados, como que a la autora le urgía terminar el libro ¡pero ya!
Respecto a los personajes, no logré conectar con ninguno e incluso Ana, la protagonista, terminó cayéndome fatal, sobre todo en las primeras páginas en las que se queja de tooooodo. Y la verdad es que las intersecciones de los personajes también a veces me sacaban de onda porque como que de repetente y sin previo aviso y por detalles mínimos se calentaban los ánimos y alguien termina a alzando la voz, pero eso tal vez sólo es idea mía.
Como sea, para pasar el tiempo esta bien, así que tal vez valga la pena darle la oportunidad.
Buenísimo!