Disforia de Género

Los padres muchas veces se encuentran acorralados: temen estar siendo transfóbicos, o no estar a la altura de las demandas de sus hijas, aunque en su interior no creen que ellas en verdad tengan disforia de género.

Abigail Shrier describe cómo en los últimos años se ha disparado el número de jóvenes que, de pronto, descubren que son “trans”. Se trata de jóvenes que no han tenido disforia de género hasta ese momento, que en muchos casos no han tenido experiencias amorosas o ni siquiera han dado su primer beso, que están incómodas con sus cuerpos, que sienten ansiedad o depresión, y que en muchos casos son además anoréxicas o se auto lesionan. Un gran porcentaje, además, está dentro del espectro autista.

Es que quienes defienden la teoría “queer” y la facilitación de la transición afirman que es precisamente durante la pubertad cuando los jóvenes necesitan tratamiento: los bloqueadores de pubertad, afirman, frenan el desarrollo hormonal y es la única manera efectiva para prevenir el suicidio3.

El binarismo del género se construyó sobre la base del supuesto binarismo natural del sexo. El género es además “performativo”: actuamos de acuerdo con la normativa del género, no en base a una “esencia” o “predisposición natural”.