Carta a su padre

claro que también con los defectos y debilidades correspondientes a tales excelencias, y a los cuales te impulsan tu temperamento y tu mal genio,

Esta consabida interpretación tuya me parece correcta sólo en lo que se refiere a tu falta de culpa en cuanto a nuestro distanciamiento.

en tanto tú no tienes la menor culpa, salvo tal vez la de haber sido excesivamente bueno conmigo.

no me reprochas nada que sea en realidad indecente o perverso

no me reprochas nada que sea en realidad indecente o perverso

mientras que por ti no muevo ni un dedo (si siquiera te traigo una en-trada para el teatro), no hay cosa que no haga por mis amigos.

tú no pedías gratitud (tú conoces como agradecen los hijos) pero esperabas por lo menos algún acercamiento, alguna señal de simpatía

durante tu vida entera trabajaste duramente, sacrificando todo a tus hijos, en especial a mí. Por lo tanto, yo he vivido cómodamente, he tenido absoluta libertad para estudiar lo que se me dio la gana, no he tenido que preo-cuparme por el sustento, por nada,

Para ti, el asunto fue siempre muy sencillo, por la menos por lo que hablabas al respecto en mi presencia y también, sin discriminación, en la de muchos otros.

porque también al escribir el miedo y sus consecuencias me inhiben ante ti,