Desde los tiempos más remotos, siempre ha sido tema polémico, el hablar de las muy controvertidas SUEGRAS, y esto a muchos nos ha llevado hasta el ya famoso y muy cómodo “lavadero”.
Hoy los que hablan de ellas:
Con notorio dolor.
Con marcado odio.
Con gran pánico, hasta se les pone la carne de gallina, y transpiran demasiado.Con inmenso desdén.
Con mucha dulzura, ¡pero son muy pocos!
Pues aquí hablo a lo pelón, con las cartas boca arriba, sin tapujos, directo al blanco y con la pura verdad, con realismo. Estoy proponiendo un espectacular cambio.
¡Espero lograrlo!
