venas, o tal vez sea el alcohol, no lo tengo demasiado claro. Lo que de verdad importa es que sé que esta noche voy a hacer algo que es más que probable que termine con lo poco que queda de la amistad entre Oscar y yo porque esa zorra no va a seguir usurpando mi lugar. Oscar es mi amigo, mi compañero, mi refugio… ¡Maldita sea, él es solo mío!