Iron Flame (The Empyrean #2)

Hay algo debajo de mí.

Un flujo constante de inconfundible... fuerza.

—¡No puedes! —Sgaeyl grita— . ¡Yo te elegí!

Pero Violet también me eligió a mí.

No te elegí como mi próximo jinete, sino como mi último, y si caes, entonces te seguiré.

Resson. Se acerca a mí y su cálida mano acaricia mi nuca. —Te amo. El mundo no existe para mí más allá de ti.

Eres capaz de lastimarme de maneras que no estoy seguro de que hayas siquiera empezado a comprender, Violet. Puede que tengas la habilidad suficiente para asestar un golpe mortal, pero sólo tú tienes el poder de jodidamente destruirme.

¿Alguna vez usaste tu sello para obtener información que influyera en mis sentimientos de alguna manera?

—Nunca. —Sacude la cabeza, pero sus manos se aprietan a los costados y el músculo de su mandíbula estalla—. Pero siempre me ha faltado cierto elemento de autocontrol cuando se trata de ti, y nuestro vínculo hace que sea demasiado fácil para ti enviar tus intenciones sin siquiera darte cuenta.

¿Cuántas veces ha leído mi mente? ¿Cuántos pensamientos previos ha escuchado a escondidas? ¿Realmente lo amo o sólo dijo lo que yo quería escuchar? ¿Hizo las cosas que yo necesitaba para…?

—Menos de un minuto. —susurra Xaden mientras Sgaeyl se mueve hacia él, hacia nosotros—. Ese fue el tiempo que te tomo desenamorarte de mí.

Pongamos a prueba tu teoría. ¿Quieres que exija la verdad? ¿Qué te pregunte algo real? —Sostengo su mirada y endurezco mi corazón.

— Por favor, hazlo. —Me desafía.

— ¿Cuál es tu segundo sello?

Sus ojos se abrieron, y la sangre se dreno de su cara mientras su mano cae. Por primera vez, creo que de hecho me las arreglé para sorprender a Xaden Riorson.

Eres la primera y única mujer a la que he amado

Es su deseo inundando nuestro vínculo, agravando el mío. Su desesperación. Su poder rozando el mío.

Necesito follarla, voltearla sobre el brazo de este trono y penetrarla, pero no puedo. Necesito sus marcas de uñas en la madera, necesito sus gritos llenando toda la puta casa, necesito que sepa que puedo ser para ella cualquier cosa y todo lo que necesita. Es el paraíso en mi boca. Impecable. Mía. Y ella está casi allí. Dioses, sí, sus piernas tiemblan, sus paredes se agitan alrededor de mi lengua. La amo tanto.

Mi casa. Mi silla. Mi mujer