Abrí los ojos y miré hacia el público.
—Oh, tierra… ¡eres demasiado maravillosa para que nadie lo adivine!
Sentí otra lágrima y otra, pero no me las limpié. Y luego fijé mis ojos en los ojos de Luke y dije mi línea final, solo para él.
—¿Algún ser humano se da cuenta de la importancia de la vida, cuando la viven, cada, cada minuto?