En las páginas de este libro hay restos de iglesias, ciudades y fuertes españoles cubiertos de vegetación, fosas comunes, barcos de vapor encallados para siempre, estaciones de tren abandonadas, pueblos fantasmas, bosques y hogares campesinos destruidos por topadoras para plantar soja. Es el entorno del trabajo de campo prolongado, exhaustivo y original que Gastón R. Gordillo realizó entre criollos e indígenas que viven al pie de los Andes en Salta y en la llanura chaqueña, una zona cuya historia, desde la conquista y hasta las últimas décadas, ha estado marcada por sucesivas violencias: la del imperio español, la del Estado argentino, la insurgencia de los grupos indígenas en defensa de sus territorios y el auge y la caída de distintos proyectos de modernización.
Enlazando la antropología con la filosofía, la historia y la geografía, el autor -doctor en Antropología y profesor de la Universidad de British Columbia, en Canadá— construye un relato atrapante en el que analiza cómo los habitantes de esa región interpretan y se relacionan con los escombros que deja el progreso. Detecta con agudeza que esas ruinas, lejos de percibirse como restos de un pasado muerto, tienen para los pobladores de esas zonas el poder de afectar a los vivos en el presente, como sitios donde buscar materiales de construcción y tesoros escondidos, sedes de encuentros festivos y religiosos, espacios habitados por maldiciones y fantasmas. Estas percepciones contrastan con los intentos de académicos, funcionarios y miembros de las élites locales de fetichizar las ruinas y de esa manera silenciar algunas memorias incómodas de violencia y destrucción.
Además de resultar un excelente estudio de caso para los interesados en el método etnográfico (tanto en su realización como en su escritura), este libro es la puerta de entrada a un mundo fascinante e ignorado, que despertará seguramente el interés de investigadores de diversas disciplinas humanas y sociales.