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Yukio Mishima

Música

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  • ukahrahas quotedlast year
    En el sexo no existe una única felicidad.
  • Edith Calderónhas quoted5 years ago
    «La música se deja oír. No cesa nunca. Ryuichi.»
  • Edith Calderónhas quoted5 years ago
    Los dos conocían lo imposible que era su amor. Sólo la muerte o una gran mentira eran el camino para su pasión.
  • Edith Calderónhas quoted5 years ago
    En este instante, Akemi se había convertido en la voz de mi subconsciente y descubría los secretos de mi alma antes de que yo mismo lo hiciese
  • Laura Khas quoted5 years ago
    La intensidad de un tic está en función del intento de oponerse a él. La voluntad histérica actúa de forma contraria a las intenciones.
  • Edith Calderónhas quoted5 years ago
    la imagen de luto riguroso. Me miraba con sus grandes ojos humedecidos que resaltaban sobre aquel rostro, viva y melancólicamente. La perfecta imagen del sufrimiento. No logré creer que todo aquel aspecto fuera una muestra de dolor por la muerte de su prometido, en cambio sí que podría ser el resultado de su fidelidad a la música. Aquella indumentaria reflejaba su estado anímico, ocultaba su deseo interior y al mismo tiempo lo convertía en evidente. En aquella cara sin maquillar y en aquel vestido de luto no vi más que su felicidad.
  • Edith Calderónhas quoted5 years ago
    escuché la música, aquella música que tanto había deseado en lo más profundo de mi ser. Aquella melodía no cesaba, nacía como agua en un manantial y regaba mi alma completamente seca. Resonaba sin parar no sólo en mis oídos, sino en todo mi cuerpo... Doctor, ¿es posible algo similar?... Todo mi ser, presa de una felicidad que no se puede definir, sentía la música.»
  • Edith Calderónhas quoted5 years ago
    Cuando una persona se acostumbra a mentir constantemente, acaba no distinguiendo entre lo verdadero o lo falso de su existencia.
  • Edith Calderónhas quoted5 years ago
    Otra hipótesis era que su resistencia hubiese aumentado y, frente al temor de ser analizada hasta lo más profundo de ella misma, hubiese empezado a odiarme y no quisiese ni ver mi rostro.
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