es
Parinoush Saniee

Los que se van y los que se quedan

Notify me when the book’s added
To read this book, upload an EPUB or FB2 file to Bookmate. How do I upload a book?
Una familia iraní separada por la revolución de 1979 se reúne durante diez días en una casa de la costa de Turquía. La matriarca lleva casi treinta años sin ver a algunos de sus seis hijos, sus nietos no hablan la misma lengua, y se da cuenta de que el peso de los malentendidos y el tiempo transcurrido ha dividido profundamente a su familia: los que se han ido extrañan su tierra, mientras que los que se han quedado en ella envidian las riquezas y comodidades de las que disfrutan sus parientes en el extranjero. Después de varias rencillas, advierte a sus hijos de que es hora de restañar las heridas antes de que la ruptura sea definitiva. Cada uno alberga reproches en su fuero interno, resentimientos nutridos por la ignorancia, la necesidad de presumir de los éxitos o de justificar sus carencias. La madre escucha los diferentes puntos de vista, comprende tanto la nostalgia por la patria como el anhelo por la libertad, y reconcilia a los exiliados con los que nunca partieron.
This book is currently unavailable
220 printed pages
Have you already read it? How did you like it?
👍👎

Impressions

  • Silvia Arenasshared an impression6 days ago
    👍Worth reading
    🔮Hidden Depths
    💡Learnt A Lot
    🎯Worthwhile
    🚀Unputdownable
    💧Soppy

Quotes

  • Silvia Arenashas quoted6 days ago
    —No puedo, tío. Me llamo Irán-Dokht y debo hacer honor a mi nombre, Hija de Irán. ¡Tengo tantas tareas pendientes, tanta gente que buscar! Acabo de saber quién soy y tengo que reconstruirme. Tendrás que venir tú.

    —Iré. Iremos todos. Te lo prometo.
  • Silvia Arenashas quoted6 days ago
    Nos hemos distanciado tanto a lo largo de los años que lo único que nos mantenía unidos era nuestro apellido. Si nos hubiéramos separado sin habernos sincerado, no nos habríamos vuelto a ver. Ahora sabemos que la vida no es un lecho de rosas en ninguna parte. Evidentemente, a una madre no le hace ninguna gracia enterarse de todas las penurias que han pasado sus hijos, pero así es la vida, con sus altibajos. Lo único que importa es que no estamos solos. Hoy os despediré con el corazón rebosante de alegría. Puede que no os vuelva a ver, pero os pido que os apoyéis unos a otros y estéis siempre ahí para los demás, viváis donde viváis.
  • Silvia Arenashas quoted6 days ago
    En mi interior, una vocecita me decía: «No, no fue culpa tuya». Ahora conocía el origen de mi angustia. Sabía qué me faltaba y a qué tenía que enfrentarme. Estaba decidida a no permitir que el odio y las tinieblas se apoderasen de mí. No dejaría que me destrozasen. Me reconstruiría. ¡Quería vivir!
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)