Indagar la obra de Alberto Breccia supone recorrer una serie de creaciones divididas entre encargos –un trabajo a pedido y por un salario–; y los trabajos experimentales –aquellos que tensionan los límites del lenguaje de la historieta sin salirse de ese mercado específico. En esa tensión estaría conjugada buena parte de las polémicas y las contradicciones de los procesos de la Modernidad (lo alto y lo bajo, la imagen y la palabra, lo masculino y lo femenino, lo original y lo reproducido, el centro y la periferia); factores que recorren la obra de Breccia y la presentan como un testimonio de sus intentos de resolución y radicalización simultáneas.
Tenemos así, por un lado, el devenir de una serie de situaciones y procesos dentro de la cultura popular argentina. Por otro, los resultados de decisiones personales y vitales por parte de un autor en un medio de la cultura de masas. Si la historieta es uno de los lenguajes modernos desarrollados durante el siglo XX, leer desde la perspectiva de un autor como Breccia sería una manera particular de entender parte de la historia cultural argentina contemporánea.