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Yoko Tawada

El emisario

  • Cristinahas quotedlast year
    Cuando Tomo se echó a sollozar como un niño pequeño, Mumei, que hasta entonces dormía plácidamente, también prorrumpió en llanto. La longitud de onda de ambas voces era idéntica, como la de dos hermanos que se pelean y se ponen a llorar a la vez cuando los regañan.
  • Belem EAhas quoted11 hours ago
    riqueza carece de valor comparada con una brizna de hierba.
  • Belem EAhas quoted11 hours ago
    ¿Por qué razón nunca se tomaba su tiempo para descansar? Pues porque, cuando no hacía nada, se ponía a llorar sin remedio.
  • Belem EAhas quoted11 hours ago
    generación de Mumei tenía el don de no desmoralizarse. Una vez más, los que se lamentaban eran los mayores
  • Belem EAhas quoted11 hours ago
    La gravedad se resistía a abandonarlo, por lo que era imposible caer al cosmos.
  • Belem EAhas quoted11 hours ago
    Mumei le gustaba salir solo y bajar la cuesta a toda velocidad hasta volcar la silla de ruedas. Al caer, se olvidaba de la silla, se tumbaba boca arriba y observaba el cielo. ¿Durante cuántos años más podría disfrutar de esos impulsivos paseos?
  • Belem EAhas quoted11 hours ago
    Con la de inesperados giros que daban todas las costumbres, la convicción de los adultos a la hora de enseñar a los niños qué era correcto hacer había caído en picado. Los niños desconfiaban de quienes rebosaban seguridad en sí mismos. En su lugar, preferían prestar atención a los que no escondían sus inseguridades.
  • Belem EAhas quoted11 hours ago
    Más tarde llegó un periodo en que las clases de educación física también pasaron a ser mixtas, pero los «váteres» siguieron estando separados. Esa época llegó a su fin a medida que las diferencias entre los sexos se hicieron menos evidentes.
  • Belem EAhas quoted16 hours ago
    Yoshiro pensó que andar erguidos sobre las dos piernas como hacían los humanos quizá no era la mejor forma de desplazarse. Del mismo modo que los humanos habían dejado de ir en coche, quizá algún día también dejarían de andar de pie e inventarían una forma de moverse completamente distinta. En el momento en que todo el mundo empezara a arrastrarse como pulpos, Mumei podría participar en las Olimpiadas.
  • Belem EAhas quoted17 hours ago
    Mumei pensó que si salieran en un libro ilustrado del mundo animal, no cabía duda de que su bisabuelo y él no aparecerían en la misma página.
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