Escuchar los sonidos que componen cada instante. Registrar el rumor de las reflexiones. Vivir siempre de oído, improvisando ante la fugacidad, como aproximación a la creación poética y sus múltiples sujetos: el amor, la herencia familiar, las tensiones del tiempo, los susurros urgentes del presente y los ecos secretos de la memoria. Persiguiendo la armonía que se esconde tras el ruido, Andrés Neuman captura el ritmo de nuestras experiencias vitales. En este poemario hay celebraciones y derrotas, pérdidas y aprendizajes, lucidez y sentido lúdico, sombras y epifanías que las iluminan. Un libro duro y sincero, acaso el más íntimo de su autor, capaz de adentrarse en un territorio donde el lenguaje canta matices, sutilezas, claroscuros.