Sigo creyendo en la capacidad de recuperación del corazón humano y en la validez esencial del amor; sigo creyendo que pueden establecerse conexiones entre la gente, y que los espíritus que habitan nuestro interior a veces nos tocan. Sigo creyendo que el coste de estas conexiones es terrible, escandalosamente alto… y sigo creyendo que las ganancias recibidas sobrepasan por mucho el precio que debe pagarse.