Con un estilo sobrio y a la vez generoso en su transparente apertura, esta novela urde una trama ceñida con delicadeza en torno a la historia de una familia. Lo que toca más hondo en este libro breve e intenso, divertido a veces y conmovedor casi en cada página, es que los personajes no ocupan una posición invariable: los fuertes dejan ver sus grietas, los mezquinos el hueso duro de su generosidad difícil, los frágiles muestran poderes insospechados. Ese cambio es el corazón de lo que ha hecho siempre la narrativa, el núcleo de su encanto y de sus poderes curativos. Lo que prometían los cuentos de Socorro Venegas aquí ya está cumplido y la promesa de mucho más se formula en esta primera novela.