Neo-Humanismo y Cambio histórico

Franz De Wall (2007) Primates y filósofos. La evolución de la moral del simio al hombre. Madrid: Paidós

Pero así como la dialéctica del poder tiene sus límites también hay que reconocer que los principios emancipadores tienen como gran debilidad el hecho de que dependen de las convicciones y voluntades de los propios actores.

El humanismo incorpora entonces las reivindicaciones por el reconocimiento de las diversidades, las luchas por el pluralismo, por la construcción de sociedades multiculturales.

En el siglo XIX Karl Marx luchaba por la emancipación de la clase trabajadora explotada en nombre de la igualdad humana. Pero cuando los ingleses invadieron la India y los Estados Unidos invadieron México legitimó esos actos en nombre de la idea del “progreso”. O sea, Marx era todavía prisionero de una idea de superioridad reivindicada por los occidentales.

En la Declaración de Independencia de Estados Unidos (1776) se afirma por primera vez que todos los seres humanos fueron creados iguales por Dios. Pero hizo falta la Guerra Civil de 1861-65 para suprimir la esclavitud.

En el siglo XVI el obispo Fray Bartolomé de las Casas luchó para terminar con la esclavitud y el maltrato de los pueblos indígenas en América argumentando que eran seres humanos como los demás. Para terminar con esto y “humanizar” el trato le propuso al Rey de España, Felipe II, que reemplazara a los indios con esclavos negros de Africa.

A mediados del siglo XX el existencialismo de Sartre llevó a sostener que “el ser humano no nace sino que se hace”. Simon de Beauvoir utilizó este principio para criticar las teorías sobre “la naturaleza de la mujer”.

las reglas sociales surgen a través de acuerdos sociales que se convierten en tradición o en ley.

Emmanuel Kant pensó que los principios morales surgen como corolario de la racionalidad humana. La Escuela Iusnaturalista por su parte pensó que los derechos y obligaciones surgen como expresión de la ley natural

la eticidad de las reglas de convivencia tienen que tener un carácter universal si aspiramos a lograr una verdadera legitimación de las mismas.