En busca de paz

Estos tres errores principales relacionados con su salvación pueden destruir su paz. Crean una base poco firme para su fe. La paz es algo que llega como subproducto de creer lo que es cierto acerca de Dios y su perdón de nuestro pecado.

La verdad de Dios es que usted no tendrá paz a menos que confronte esos patrones de pensamiento en su vida, los confiese a Dios, obtenga perdón y luego empiece a confiar en que el Espíritu Santo le ayudará a cambiar hacia patrones positivos y piadosos de pensamiento.

Los pensamientos de pecado también incluyen enojo, resentimiento, envidia, amargura, odio, hostilidad, temores dominantes y pensamientos de venganza. Estos también son contrarios a la Palabra de Dios.

El modo en que usted piensa de otras personas repercute en el modo en que las trata.

A la mayoría de nosotros no nos gusta enfrentar esto, aunque sabemos que es cierto: lo que usted piensa determina enormemente lo que dice y hace

Cuando se sienta menos que enteramente competente, no se encierre diciendo: «No puedo, no puedo, no puedo». En lugar de eso diga: «Por la gracia de Dios, y con su ayuda, puedo hacer esto». El Señor es mi suficiencia. Él está viviendo dentro de mí y me hará apto para cualquier tarea a la que me llame. ¡Él me dará visión, conocimiento, dirección, fortaleza, energía, vitalidad, enfoque, socios, contactos y todas las demás cosas necesarias!

por un tiempo y una razón» porque creo que explica con exactitud el asunto. Jesús sabía que Dios permite que pasen cosas en nuestras vidas solo por cierto período y por una razón particular.

Toda persona siente en ocasiones momentos de preocupación, pánico o temor.
El error llega cuando aceptamosestas emociones, ya sea con los brazos abiertos o de mala gana, y permitimos que se queden y encuentren gradualmente un lugar de apoyo en nuestros corazones. Si hacemos eso, estas emociones se vuelven crónicas o de larga duración. Se convierten en nuestra «forma de ser», no solo en una reacción temporal. Se vuelven nuestra actitud y modo de pensar preponderante

Las personas que hacen su paz a un lado frecuentemente han dejado de orar con acción de gracias y alabanza.

En lugar de tener nuestras mentes puestas en Dios y de confiar en su presencia y en su paz dejamos que las noticias y las circunstancias negativas que vemos y oímos desvíen y estimulen nuestros pensamientos.