Poesías

Te niego el alma sin curar tu lloro,
Pues me sospecho, joven incoloro,
Que buscas alma a treinta y siete grados

Duerman, duerman los hombres. . . sí enterrados

Mas al impulso de una fuerza loca
Cuando la besas tú, beso su boca

Yo te seguí feroz como ninguna

Y eras en mí como una espina brava.
Y eras en mí como piedad de luna

Y ahora me pregunto. . . ¿Cuándo ocurra, si ocurre,
Sabré yo de suspiros, sabrás tú suspirar?

Quizá nos encontremos frente a frente algún día

No nos conoceremos, distantes uno de otro
Sentirás mis suspiros y te oiré suspirar

En verdad que pensarlo me da un poco de risa

Nunca entendiste el bien de los humanos:
Unico: darse