Desde su inicio, Genoma ejecutivo nos atrapa con una poderosa idea: «el éxito de una organización se debate en los microam — bientes de trabajo, pues en realidad se trata de un asunto esencialmente cotidiano, puntual y personal de cada ejecutivo». Desde este ángulo, con un estilo ágil, directo e inteligente, el autor aborda las vicisitudes del mundo ejecutivo y logra construir un referente para insertar o excluir de esa categoría a cualquier miembro de la escala jerárquica, sin importar los títulos que ostenten «pues, así como los cromosomas determinan qué es y qué no es una especie, las competencias determinan qué es y qué no es un ejecutivo». Por esto al avanzar en el libro, casi sin darse cuenta, el lector se ve inmerso en un cúmulo de experiencias, casos, anécdotas y, sobre todo, claves precisas de mejora del desempeño, que si las asume, le proporcio — narán una enorme ventaja ante el temible, y a la vez excitante, universo organizacional.