Juego de memoria

Era violenta conmigo, no demasiado pero lo suficiente como para que una gota de miedo oscureciera deliciosamente mi deseo, y al principio pensé que lo hacía precisamente con ese propósito. Me tomó meses desentrañar la dulzura aterrorizada que ella estaba empeñada en esconderme a punta de asperezas

sabe lo suficiente de mis máscaras como para juntarlas y que se vea algo parecido a mi cara

supe que más temprano que tarde tendría que volver a aprender a vivir sin ella.

Alzheimer destruye no son los recuerdos en sí, sino el acceso a ellos,

Hay que tomarse el tiempo de pensar para poner en el papel sólo lo imprescindible.

No tengo duda de que la recuerdo más con la piel que con el cerebro.

historia que he aprendido a contarme sobre ella.

disuelve y queda, no mi memoria, sino la

Tengo cuarenta y ocho años pero a veces es como si fueran muchos más. Estoy cansada, llena de recuerdos y vacía de ambiciones.

El folleto dice que nuestra misión es «el cuidado paciente y dedicado de las personas en estado de fragilidad», pero todo el mundo sabe que nuestra verdadera razón de ser es librar a la sociedad de ellos hasta que tienen la cortesía de dejar de respirar.