—¿Qué crees que puede pasarnos? —preguntó Emily.
—Muchísimas cosas —contestó la tía Ruth, con severidad.
Tenía razón. Podían pasarles muchísimas cosas en aquella excursión, y les pasaron, pero el jueves de tarde Emily e Ilse, dos criaturas desvergonzadas con inclinación al lado divertido de las cosas y la resolución de pasarlo bien