La Redención De Gabriel

—Ahí aparece mi bendición —murmuró, dándole la mano a su esposa y acariciando la espalda de Clare Grace Hope, que dormía plácidamente sobre su pecho.

Una mujer virtuosa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas.

«A Dios respetuosamente devuelvo el billete»

—Por ti, amor mío, arrancaría las estrellas del cielo para dejarlas a tus pies.

«De todos los dones que Dios me ha otorgado, tú eres el mayor», pensó.

Hasta el lecho nupcial la conduje, ruborizada como la aurora. Los cielos y las constelaciones nos fueron favorables en aquella bendita hora