Las grandes ideas no se las saca nadie de la manga, sino que se construyen sobre una serie de elementos ya existentes, cuya composición se expande (o, en ocasiones, se contrae) a lo largo del tiempo. Algunos de esos elementos son conceptuales: determinadas formas de resolver los problemas, o cierta forma nueva de definir qué es un problema. Algunos otros son, literalmente, elementos mecánicos. Mientras buscaban el oxígeno, Priestley y Scheele tuvieron que partir del marco conceptual de que el aire era en sí algo digno de estudio, y de que estaba compuesto de gases distintos, ninguno de los cuales fue aceptado como tal hasta finales del siglo XVIII. Pero también les hizo falta una balanza de precisión para medir los cambios minúsculos de peso que provocaba la oxidación, tecnología