encontraba el judaísmo europeo, ya que sufrían olas de antisemitismo y no tenían posibilidades de emigrar de Palestina. El gran mufti de Jerusalén presentó la posición árabe y exigió el cese inmediato de la inmigración judía; puesto que no creía que los 400 000 judíos que ya entonces residían en Palestina fueran asimilables a la mayoría árabe. En julio de 1937 la Comisión Peel presentó su análisis y conclusiones. Ahí señaló que el gobierno británico, en el marco de la Primera Guerra Mundial, había hecho promesas contradictorias e irreconciliables tanto a la parte judía como a la parte árabe para obtener el apoyo de cada una. El enfrentamiento imposibilitaba el funcionamiento normal del Mandato británico en Palestina. Lo mismo pasaba con la demanda árabe de establecer otro estado, tal como sucedía en esa época en Iraq, Egipto, Siria y Líbano. La parte sionista veía en la política británica una obstrucción al establecimiento del hogar nacional judío en Palestina. La comisión proponía la partición de Palestina en tres partes: un miniestado judío concentrado en la costa de Palestina y la Galilea; un estado árabe, ligado a Transjordania que ocuparía la parte sur de la costa de Palestina, Judea, Samaria y el desierto del Negev; y una zona de Mandato británico que incluiría los lugares santos —la zona de Jerusalén y Belén, con un corredor territorial que saldría al mar en Yaffo, así como la zona de Nazaret—. Las conclusiones mencionaban la futura necesidad de intercambiar territorios y poblaciones entre los dos futuros estados para lograr mayor homogeneidad y coherencia social.
El Reino Unido aceptó esta primera propuesta de partición de Palestina como políticamente viable, la comisión de Mandatos de la Liga de Naciones la objetó, la Agencia Judía la aceptó en principio pero no en los términos territoriales que proponía. Mientras que el Alto Comité Árabe rechazó el Plan Peel de partición. El resultado práctico fue un incremento de la violencia en Palestina.
El reclutamiento de judíos por parte de las fuerzas policiales británicas en Palestina fue acelerado. La colaboración creció cuando llegó a Palestina un oficial de inteligencia británico que apoyaba la causa sionista y era un innovador militar. Orde Charles Wingate (1903-1944) pertenecía a la Hermandad de Plymouth, un grupo evangelista que basaba su credo en la Biblia y que veía en la creación de un Estado judío una obligación de carácter teológico. Sobre esta base y su rol militar se estableció una estrecha alianza entre Wingate y el liderazgo sionista. Pero fueron las tácticas militares de Wingate las que fundamentaron la admiración sionista hacia él y le valieron el título de “el amigo” (de Israel). El objetivo británico preferido por los combatientes árabes era el oleoducto Mosul-Haifa que abastecía con petróleo iraquí al Reino Unido y sus fuerzas armadas en el Mediterráneo oriental. La creación de unidades judeo-palestino-británicas denominadas Special Night Squads