Considero que la espiritualidad nos ayuda a recuperar los valores universales, aquello que nos hace reales como personas y que nos permite existir con dignidad, llevándonos a cuestionar lo que damos por hecho y a replantear nuestros deseos, explorando nuestros conflictos relacionales y entregándonos tanto al amor como al dolor; sin lo cual la evolución no es posible.