Llegado a la madurez, un hombre enfrenta
dos horizontes posibles: la revolución o el ridículo.
Lenin, Cuadernos suizos
Tengo casi cincuenta años. Leí por primera vez la frase de Lenin hace treinta y cinco, cuando coqueteaba con la revolución. Recién ahora, cuando abrazo el ridículo, termino de entenderla