El 14 de noviembre de 1940, dirigido personalmente por Hermann Göring, la Luftwaffe castigó Inglaterra con el mayor raid aéreo concebido y ejecutado en la fase inicial de la Segunda Guerra Mundial: Moonlight Sonata.
Desde un año antes, los británicos tenían en su poder un ejemplar robado de Enigma, la máquina alemana de codificación más perfecta inventada hasta la fecha.
En una tentativa desesperada por frustrar el bombardeo, Winston Churchill se había encomendado a sus criptoanalistas y espías para intentar descifrar los códigos nazis y neutralizar su avanzada tecnología de navegación aérea.
Y aún sin respuesta, la pregunta que, ocho décadas después, alimenta los argumentos de ambas posturas: ¿Conocía Winston Churchill el nombre de la ciudad que iba a ser bombardeada y no actuó para proteger la inviolabilidad de Ultra?