polímero sintético sobre lienzo 211,4 x 144,7 cm. Museo de Arte Moderno, Nueva York.
Las noticias del suicidio de Marilyn Monroe, que tuvo lugar el 4 de agosto de 1962, embarcaron a Warhol en su serie de cuadros sobre esta estrella. Para sus representaciones utilizó una fotografía tomada en 1953 por Gene Kornman para dar publicidad a la película Niágara. En las imágenes de Warhol de Marilyn Monroe, Elvis Presley y otras “superestrellas” similares (palabra que él mismo inventó), se hizo patente su entendimiento de que hoy en día cada vez más personas viven en una cultura globalizada en la que los íconos tradicionales de la Virgen María, los santos, los grandes reyes y dictadores, gradualmente están siendo reemplazados en su totalidad por íconos famosos de los medios de comunicación, especialmente entre los jóvenes.