Miedo y el río es un inusual relato escrito con vis poética y tintes surrealistas. En él conviven de una manera sorprendente el misticismo reflexivo de San Juan de la Cruz, el onirismo Lovecraftiano de los viajes de Randolph Carter y un cierto eco de la espiritualidad de Khalil Gibran. Aunque, lo que más resuena en sus páginas, es el hondo diálogo socrático en que se enfrascan los peculiares personajes de la obra.
Ignacio Escañuela ha sabido construir una obra polifónica, alejada de psicologismos, que se adentra de manera pertinaz en debates de hondo calado filosófico, y que no deja de sorprender ni un instante a lo largo de sus escasas pero contundentes páginas. Una novela anómala, de difícil catalogación y necesaria.