Cruel Zelanda

Soy feliz, ya que todo el mundo lo es.

Creo que la mujer es la fuente misma del mundo. De ella manan y en ella se generan la vida y el sueño, toda memoria y todo olvido.

El amante no es sólo el que nos entreabre los muslos, es el que llena un hueco en el mundo.

Me preguntaba qué es ser adulto. ¿Usar, aprovecharse de las pequeñas dichas, conociéndolas como tales e ignorando que no hay otras? Pero, una vez más, ¿no es eso lo que precisamente hacen los niños?

Se puede sufrir a través de otro, y por mi cuenta lo aprendí allá, la sensación de no estar completo.

Ya he dicho que temía encontrarme con niños, porque jamás se preocupan de la satisfacción de los adultos. Por otra parte, sé que, después de todo, muchos adultos se les parecen en esto. Quizás los niños sólo tengan el egoísmo, sin los modales de los adultos

El verdadero placer, como la verdadera felicidad, después de todo sólo son sentimientos.

Pero no se vive de recuerdos. Ellos viven de nosotros, eso es todo.

Voy a volverme loca, pensaba a veces. Pero tampoco sé por qué, uno nunca se vuelve loco. Se está, y no se sabe.

«Desearía que la rosa,

estuviese todavía en el rosal

y que el propio rosal

fuese echado al mar»

(Canción canadiense)