—¿Cuál es la diferencia? ¿Que a María le picó una paloma y a Valeria le ha atravesado una flecha? —continúa y tengo que aguantar la respiración para no reír con ella. Adoro ese don que tiene de convertir las dificultades en comedia. Cada día me cae mejor—. Gritéis o no, una nueva y maravillosa vida está en camino, y eso es algo que deberíais celebrar. Y ahora, si no os importa, me gustaría seguir durmiendo. Ojalá que todo lo malo que nos ocurra siempre sean cosas así.