En este libro el autor enfrenta la tarea de elucidar las aporías y paradojas del goce, una noción «laberíntica», intratable, pero también fascinante, y por ello, peligrosa. Los peligros provienen de su potencia explicativa y su importancia clínica, pues problematiza la teoría cuando irrumpe arruinando lo que se suponía explicaba; así como, a la vez, justifica dificultades de la práctica analítica y cuestiones irresolubles de la misma.
Considerarlo a partir de la “negatividad”, central en Lacan, posibilita renunciar a “tratarlo” como un impulso indomeñable y excesivo a limitar. Cuando la práctica analítica se reduce a técnicas para acotar excesos o a intentar simbolizar un pretendido goce presimbólico, esquiva aquellas aporías y paradojas, con las consecuencias teóricas y prácticas que el autor pone de manifiesto. Pues que el goce sea imposible no impide leer los trayectos de la eficacia de esa imposibilidad.